miércoles, 22 de diciembre de 2010



Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.
[...]
Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira

What a wonderful world!

Me fascina el cielo- dijo él mientras se recostaba de nuevo-. Es cómico que me olvide de su existencia siendo una de mis mayores satisfacciones. ¡Cúantas noches he perdido bajo un modesto y tímido techo, teniendo tal inmensidad tan cerca!
Es él quien me recuerda quien soy, o al menos quien pretendo ser. Me incita a apreciar este lugar . Y estimula mi capacidad de fascinación, ordenandome a que viva el aquí, el ahora, y a que me apodere de los trocitos de vida que aún me quedan y me entregue a ellos.
Aunque por otro lado tambien tiene la desfachatez de recordarme que millones de soles giran dando luz a miles de millones de mundos, y que yo en el rincón de la tierra en el que estoy echado, tan solo soy uno del sin fin de seres que la habitan, en un infimo intervalo de tiempo que ya está deslizandose estre mis dedos. ¡Y cúantos antes que yo han intentado retener su pedacito de existencia! ¡Cúantos habrán sido maravillados por la imponencia del firmamento! Que hechizo tan embriagador este de la consciencia. ¿No crees? Que idilica casualidad que seamos los unicos seres bajo este sol, con el poder del conocimiento.
Ella se había perdido en algún lugar de la primera frase que pronuncio y su cabeza daba vueltas en otra dirección, pero no podría estar más de acuerdo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

And you feel your drowning, in a shadow of a doubt.



Sometimes is hard for you ti see, you´re cought between just who you´re and who you wanna be.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Where´s the real one?















"So many people walk around with a meaningless life. They seem half-asleep, even when they're busy doing things they think are important. This is because they're chasing the wrong things."
Imagine there's no Heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky


domingo, 5 de diciembre de 2010

Near the sun.

Se adentraba el mes de diciembre, y esta vez el frío se había colado entre nuestros días con una furia desvergonzada. Aquella mañana un color grisaceo teñía las calles de una ciudad a la que atribuían el sobrenombre de aburridamente sensata. Los jóvenes se dirigían apresuradamente a sus puestos, pues aunque en las calles ya refulgían los primeros indicios de la navidad, ellos aún pertenecían a una rutina de pupitres, apuntes y libros. La mañana se desenvolvió entre chaparrón y chapar ron, pero al acercarse el medio día, los primeros rayos de un sol bastante cobarde hicieron su aparición. Una claridad deslumbrante sacudió las hojas de los árboles frente la ventana, cremplazando la gama de grises por matices que se debatían entre el ámbar y el áureo.
Ella sonrió ante la perspectiva de una tarde algo más atractiva, pues aunque tenía una interminable lista de deberes que cumplir, aún podría sacar algo de tiempo que dedicar al astro luminoso que tanto le fascinaba.
Tras un almuerzo más que apresurado en el que no prestó demasiada atención a un repertorio de triviales conversaciones que se anteponían unas a otras, cogió el libro y se dirigió al parque con la intención de apurar la calidez de una tarde que vería su fin al rededor de las seis.

Buscó entre los arboles algún banco que aún no se hubiese entregado a las sombras de tarde, y llegando convencida de que los urbanistas que se habían encargado de la distribución de aquel parque no habían cumplido con su trabajo, decidió acomodarse en un bordillo soleado.
Nunca hubiese imaginado que encontraría un lugar tan apacible a escasos metros de su casa y mientras se preguntaba porque nadie se aventuraría a pasear a aquella hora, abrió el libro que debía termina aquella tarde y se sumergió en una oleada de oraciones y palabras que se sucedían unas a otras con rigurosa precisión.
Envuelta en un paisaje que desentonaba con la escandalosa ciudad a la que le habían acostumbrado, no se percató de que alguien se dirigía a su posición hasta que no chocó con su mirada. Un felino de ojos anaranjados, había abandonado la covardía propia de su raza y armandose de valor se había decido a instalarse frente a ella.
Tenía la mirada cautelosa de aquellos que se enfrentan a un peligro por obra del azar sin haber recapacitado sobre él. O quizás era perplejidad lo que leía en aquellos ojos. ¿Desafío? Nunca había sido buena descifrando miradas, no iba a ser distinto en aquella osasión. Fuera lo que fuese no iba a tener mucho más tiempo para describirlo, pues un forastero pasó junto a ella paseando a un cachorro albino (o quizás fuese el cachorro el que estaba paseando a su amo) despertando asi los instintos de micifuz que recordó que debía cumplir sus funciones de gato.
Ella se apresuro a sacar un boligrafo de la mochila y comenzo a garabatear palabras inconexas sobre un gato que le hábía hablado con la mirada en una tarde que se había salido de la rutina.