Diseña.

Todos nacemos con una parte de nosotros. Nunca somos una página el blanco. Siempre hay un primer boceto. Tenemos un temperamento al que no podemos enfrentarnos, pero a parte de esto, no tenemos un guión definitivo. Nuestra personalidad se va formando poco a poco, hay quien la desarrolla muy muy fuerte mientras que otros lo hacen de forma muy muy débil. Aprendemos de lo que nos rodea, absorbemos de los más cercanos y en la mayor parte de las veces de forma inconsciente. Llegamos a un punto en el que creemos haber formado una personalidad. Y entonces llega la primera duda ¿Por qué soy así? ¿Alguna vez planee como quería ser? ¿Acaso me gusta como soy? ¿Qué quiero cambiar? ¿De quien voy a aprender? Supongo que a la mayoría estas preguntas le sorprenden con trece, catorce, quince o dieciséis años. Aunque tampoco dejo fuera de lugar a los que son asaltados a los cuarenta o incluso sesenta años. No tenemos nada que temer! No hay normas para ser quien te apetezca ser! Cuando seas consciente de que no eres la persona que querías o creías ser. Empieza de nuevo. Borra todos los manchones que salpicaron tu dibujo y reinventate de acuerdo con lo que más admiras. Mira a tu alrededor, encuentra todo lo que admiras de los demás y crea la mezcla más colorida que puedas imaginar. ¡Esboza lo insuperable! ¡Dibuja! ¡Colorea! ¡Retoca y repasa!. Pero cuando creas haber acabado, vuelve a echarle un vistazo, seguro que todavía encuentras muchas cosas que aún puedes mejorar. Lo siento, esto una tarea que JAMÁS acabarás. Hay quien considere esto un infortunio, pero yo lo calificaré de genialidad.