domingo, 19 de septiembre de 2010

Here comes my hapiness.

Siempre he considerado la felicidad como una atmósfera. Una masa transparente que te rodea y te persigue. Tiene la estructura consistente que el paso del tiempo se ha molestado en crear, por ello una vez edificada es de lo mas improbable que te abandone. No te negaré que tendrás días perdidos, que aveces te decepcionarás o el propio destino te mandará malas cartas, pero tranquila si supiste como construirla siempre sabrás volver a ella. Creo que casi todo el mundo construye su atmósfera con una receta muy similar: equilibrio entre bien estar y superación personal.
El bienestar formado por la salud, la seguridad, los placeres tu red de relaciones o los entretenimiento superfluos construyen una base imprescindible pero incompleta. Esta debe ser perfilada por la ilusión de crear, superar, arriesgar, influenciar, descubrir, imaginar inventarnos internamente, proponernos grandes retos o sentirnos realizados. ( en otras palabras la superacion personal)
Estos dos contrincante estan continuamente batallando pues la ampliación de nuestras posibilidades esta en conflicto muy a menudo con nuestro bienestar. Pero es este riesgo el que crea las capas más altas de nuestra "atmosfera felicidad", que aunque muy inestables ellas son de lo más satisfactorias.

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