miércoles, 1 de septiembre de 2010

Porque el amor cuando no muere mata.


Cuantas veces habré pensado en aquella conversación en la que me dijiste que la mejor cualidad que veías en las personas era que se sacrificaran por los demás. Es muy posible que ni te acuerdes de esto ni que te acerques a la remota idea de que fuiste tu quien lo dijiste. De esto hace ya mucho tiempo. Yo nunca he sido capaz de encontrar una cualidad que considerara la más importante ni la más ventajosa. Hay demasiadas facultades que se me antojan prodijiosas. Pero hoy me ha vuelto a la memoria esta conversación cuando terminaba de ver una película. ¿Que mayor forma de sacrificarse por los demás que morir por alguien realmente importante para ti? Si, vale, tengo que estar de acuerdo contigo. Admiro a las personas valientes, y a los que saben querer de verdad y a todos aquellos que se sacrifican. Y también a los que no temen a la muerte ni a los finales ni a perder su única oportunidad, si se trata de perseguir un ideal.

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