martes, 1 de junio de 2010

28 de Mayo.


Largos minutos de espera. Una cola que se multiplicaba a una velocidad escalofriante. Seguridad a punto. Vallas que se desplazan. Barullo. Gritos. Desconcierto. Carreras. Y adrenalina.
Primera fila, he de decir que aunque suelo ser positiva y esperar bastante de todos los aconetcimientos, mis previsiones esta vez quedaron más que enterradas.
Todos conociamos aquellos primeros acordes que tantas veces habían formado parte de nuestra rutina. La multitud despertó, la emoción era tangible en la atmósfera, los gritos y las sonrisas lo hicieron obvio.
Lo que continuó lo podeis imaginar, todo aquel que haya estado en un concierto habrá saboreado la agitación que une a tantas personas. Energia que se transmite de cuerpo en puerpo a gran velocidad. Ritmo que te hace saltar sin fuerza .Letras que necesitas gritar con los últimos trocitos de voz. En momentos así solo queda olvidar todo lo demás y entregarte a la caprichosa Canción que parece muchos más lejos de lo habitual. Disfrutar de una música que consigue sorprenderte de nuevo. O encontrar nuevos matices a la estrofa habitual. Será la excitación del ambiente la que hazo de unas notas tantas ilusiones. Una vez más me deje llevar por una alegría, que ultimamente se abre muchisimos caminos.

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